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Diario YA


 

Reino Unido va a la deriva, y llevamos tiempo contándolo.

Esto del Brexit se va pareciendo a una de Berlanga

David Casarejos. Presidente del Consejo de Residentes del centro de Reino Unido. Consejero por Reino Unido en el Consejo General de la Ciudadanía Española en el Exterior. La situación a finales de septiembre ya ocupa titulares en portadas en prensa internacional, en vez de columnas de opinión o escondido en sección Internacional.
La vergüenza de la situación rellena telediarios y nos presentan las colas en gasolineras y los problemas que esta produciendo en todos los sectores del país.
Redes sociales se llenó a principio de semana de amigos que estaban a la búsqueda de gasolineras para poder ir al trabajo y la situación en el país de Boris Johnson, era absolutamente Berlanguiana.
Reino Unido se esta convirtiendo en República bananera con todas las letras.
La falta de transportistas ha hecho que el gobierno haya decidido poner a conducir camiones a militares, para acelerar el llenado de gasolineras.
La gente como en aquellos meses iniciales del Brexit con el papel higiénico llevan días tratando de llenar el depósito del coche, aun cuando no hay la necesidad de usarlo en muchos casos al seguir trabajando desde casa, pero el efecto rebaño que tanto buscaba Boris con la pandemia lo ha logrado en este episodio de falta de combustible.
Las aplicaciones de GPS de los móviles han empezado a buscar desesperadamente información a tiempo real de donde hay gasolina o diésel y el trafico en las grandes ciudades se ve ralentizado según el número de gasolineras tengas en tu ruta, al haber colas interminables.
Los políticos que llevan el cotarro, como Grant Schapps, secretario de Estado de Transporte, llevan una semana tratando de desmontar que esta crisis se deba en nada relacionado con el Brexit. Ningún problema en Reino Unido tienen nada que ver con un Brexit, nada, el Brexit tiene efecto nulo en esta crisis que nos ha llevado a los ’70.
Hace 3 semanas con mucho orgullo nos explicó que viejos vagones de trenes serian usado como aulas en los colegios en el norte de Inglaterra. En el sur de los ricos no se atrevería, pero el norte de Inglaterra en su cabeza se merece que viejos vagones se reúsen como aulas, cocina para centros de salud mental, o como un centro de apoyo en un hospital.
Pero si bien la situación interna empeora, la visión que se da en el exterior es incluso peor.
La arrogancia con la que presentaron que les sobraban inmigrantes en los últimos cuatro años les ha estallado en la cara, y por ejemplo Edwin Atema, que pertenece a la Federación de sindicatos holandesa, tras ser preguntado en BBC Radio 4 por la posibilidad de volver a atraer a conductores de la UE explico claramente que “Los trabajadores de la UE con los que hemos hablado no irán al Reino Unido con un visado de corta duración para ayudarles a salir de la mierda que han provocado ellos mismos”.
Este sentimiento también se escucho en BBC Radio 2, donde un conductor polaco explicaba que “pensar que los inmigrantes son como agua de grifo que abres o cierras según te apetezca es insolente. Hay incluso posters que dicen que “un perro es para toda la vida no solo para navidad” y así es como tratan a los conductores”.
Y cuando se leen los comentarios en foros de conductores en Reino Unido se ve el impacto ya no solo del Brexit, sino del clasismo de la sociedad britanica y como han estado minusvalorando a ciertos sectores esenciales en nuestras vidas como ha quedado claro con el sector sanitario durante la COVID 19, que por cierto en Reino Unido, no para con incremento casos diarios.
Muchos de los conductores hablan de un sector en el que se sienten maltratados tanto por empleadores como por muchos de los clientes a los que sirven, con salarios muchas veces por debajo de lo que deberían cobrar acorde a su esfuerzo y habilidades. Esos salarios de 50 mil libras anuales que se publicaron en medios no son reales y se acercan mas a las 30 mil libras anuales.
Las condiciones en Reino Unido tampoco se asemejan a las que se encuentran una vez cruzan el Canal de la Mancha, donde no tienen que pagar hasta 40 libras por pasar la noche en estaciones de servicio con duchas sucias, y falta de lugares para poder prepararse o consumir su comida, como si que pasa una vez entran en el continente.
El Brexit ha incrementado sus horas de trabajo para trabajos que impliquen viajar a la UE debido a los nuevos procedimientos en aduanas y controles previos que han de tener preparados.
Tomasz Orynski en un artículo en West Country Bylines detalla los problemas en la profesión, incluido el estancamiento en los salarios desde 2006 y como en un momento de inflación sus salarios no reflejan los cambios en precios y costes.
Tomasz también habla de la vocación de muchos camioneros por conducir, y como estos viajes largos ahora no son tantos y son controlados al milímetro por la telemetría, las rutas dictadas, e incluso su estilo de conducción.
Cuando no cuidas a tus trabajadores muchos cambian de industria y esta semana se han mandado miles de cartas a muchos exconductores para que vuelvan a conducir, y muchos bromean si esta carta se ha mandado también a la Reina Isabel, quien durante la guerra mundial aparentemente condujo camiones para ayudar al país.
Esta historia como ya he dicho parece salida del puño y letra del gran Luis García Berlanga. El jueves por la mañana Nigel Farage quien podría haber sido representado en la gran pantalla por Cassen, y que fue el que mas empujo por el Brexit, informaba en Twitter que había estado en 7 gasolineras sin lograr llenar el depósito…La escena me hizo recordar a Placido en sus aventuras por lograr que le pagasen lo que le debían en aquella película del director valenciano.
…y Tim Martin de Wetherspoons, buque insignia del Brexit ha sufrido pérdidas en los últimos 12 meses de más de 154.7 millones de libras esterlinas…en eso se ha convertido Farage, Wetherspoons,  y su Brexit, en una película de Berlanga.
 

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