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SAN JUAN PABLO II, RUSIA Y FÁTIMA

Fidel García Martínez Licenciado en Ciencias Eclesiásticas, Catedrático Lengua Literatura. Doctor Filología Románica. Analizar la realidad de Fátima en su relación con la historia reciente de Rusia desde el triunfo de la revolución de Octubre de 1917 hasta la caída del muro de Berlín y aniquilación del URRSS con los intentos de reforma no consumados de Gorbachov, es complejo, porque abarca una espacio de tiempo de más de 70 años e intervienen varios factores sociales, políticos y económicos, y especialmente teológicos porque en su proceso interviene la Divina Providencia de forma eficaz y definitiva por intercesión de la Santísima Virgen, como se lo prometió a los tres pastorcillos.

La relación Fátima-Rusia se establece en la aparición del 13 de Julio 1917. La Señora del Rosario, hizo una serie de predicciones: todas se han cumplido: el fin de la I Guerra Mundial, el anuncio de una nueva guerra peor que la anterior II Guerra Mundial. En relación a Rusia, según las memorias de Sor Lucia, la Señora les comunicó: Rusia propagará sus errores por el mundo, provocando guerras y persecuciones contra la Iglesia. Muchos buenos serán martirizados. El Santo Padre tendrá mucho que sufrir.

Algunas naciones desaparecerán” Para contextualizar este texto se debe tener en cuenta que en julio de 1917 no había triunfado la Revolución Bolchevique y nada hacía pensar en la constitución de la URSS. Nadie puede negar: los errores que propagó Rusia por la llamada Revolución Bolchevique, fueron el odio a la religión y su aniquilación con la persecución y martirios de multitud de Obispos, popes y fieles ortodoxos, cristianos rusos; la destrucción de un inmenso patrimonio artístico; muy especialmente la difusión mundial del ateísmo, el materialismo histórico, la lucha de clases como motor de la historia y la dictadura del proletario, que durante mucho tiempo fue la ideología política de toda la izquierda social-comunista de Occidente y aún lo es hoy de los populismos radicales , cuyos máximos representantes sienten una gran admirador de Lenin.

La persecución de los buenos fue constante en todos los países del telón de acero: Iglesia del silencio. Polonia, Hungría, Checoeslovaquia, Rumania (…). Algunas naciones desaparecieron: Estonia, Lituania, Letonia, Alemania fue dividida en dos partes opuestas en todo. La persecución religiosa en España ya fue analizada el año pasado en los cursos de La Granda. Importancia especial tiene el anunció: El Santo Padre tendrá que sufrir mucho. Esto tuvo lugar durante el papado de Juan Pablo II, el papa de Fátima por excelencia, junto el Papa emérito Benedicto XVI (máximo hermeneuta de la tercera parte del Secreto de Fátima).

Desde el mismo momento de su elección como Papa y principalmente con motivo de su primer viaje a su Patria la Polonia Comunista y con el nacimiento del sindicato libre Solidaridad, las fuerzas más conservadoras comunistas intentaron primero descalificarlo con una propaganda hostil y nauseabunda, que no paró hasta preparar una magnicidio que pretendía acabar con su vida como sucedió el 13 de mayo de 1981, aniversario de la primera aparición de Fátima, cuando el terrorista turco Alí Agcá en la misma Plaza de San Pedro vació su arma contra el Papa. Atentado que conduce a la llamada pista búlgara. El Papa afirmó que la mano de Nuestra Señora desvió la trayectoria de la bala asesina, librándole de una muerte segura. Esa bala está introducida en la corona de la Imagen auténtica de la Nuestra Señora que se venera en la primitiva capilla de las apariciones.

El Papa Juan Pablo II en unión con todos los obispos del mundo, siguiendo los deseos de Nuestra Señora consagró Rusia a su Inmaculado Corazón El Papa San Juan Pablo II fue además un testigo-protagonista esencial en la caída del Muro de Berlín. El 25 de Diciembre de 1991 caía el Muro de Berlín sin derramar una gota de sangre. La historia de la restauración del Cristianismo en Rusia está por escribir. Las medidas contra la Religión en Rusia se fueron suavizando, después de duras represiones y persecución, con la llagada de Gorbachov, quien visitó a Juan Pablo II y se establecieron poco después relaciones diplomáticas entre el Vaticano y la antigua URSS en 1989.

En 1990, la nueva ley de libertad religiosa que cancelaba el ateísmo como ideología política de la URSS. En 1992 se pudo celebrar la fiesta de la Navidad con una asistencia masiva de fieles, especialmente jóvenes. La práctica de la Religión y su enseñanza en la escuela pública está garantizada y los delitos contra las creencias religiosas están penados. La Rusia atea y furiosamente antirreligiosa ha vuelto a venerar y a demostrar su amor por la Señora de los maravillosos iconos tradicionales.

Mientras la Revolución rusa se analiza, estos días en diferentes foros, como uno de los hechos del pasado más importantes del siglo XX y del que sólo se sienten muy contentos los que aún piensan que fue una época idílica, en la que el proletariado conquistó todos los derechos usurpados por el capitalismo lo que no parecen estar muy de acuerdo los revisionistas avergonzados de tanta represión y muerte. Los archipiélagos gulags (campos de exterminio stalinistas) existieron y no se pueden negar.

Fátima es hoy una realidad espiritual llena de vitalidad, armonía y paz a donde acuden millones de personas de todas las edades, naciones y condiciones. Su historia ha tenido este año 2017 uno de sus momentos más gloriosos: la canonización de los niños hermanos, Francisco y Jacinta por el Papa Francisco. Lo que demuestra la seriedad y verdad de lo acaecido en los meses de mayo a octubre de 1917 y que solo se pueden cuestionar desde la ignorancia o lo que es peor desde el odio.

La promesa de Nuestra Señora de Fátima: MI INMACULADO CORAZON TRIUNFARÁ, se ha cumplido. Nada pudieron contra ella fuerzas oscuras y negras -el ODIUM DEI, como nada pueden ahora los enemigos de la verdad. Los historiadores deben analizar la objetividad de los hechos y no dedicarse a ser hermeneutas de los mismos. Porque lo que es verdad son los hechos, no las interpretaciones. Fátima no es una consecuencia de las relaciones de producción y económicas como diría una ortodoxo materialista dialéctico. Si así fuera hubiese caído en el olvido, lo que no ha sucedido un sucede.

Etiquetas:Juan Pablo II