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Diario YA


 

SANTA MARIA GORETTI: VIRGINAL Y MÁRTIR

Fidel Garcia Martínez. El día 9 de octubre  1954 la prensa mundial se hacía eco de la muerte  de una mujer pobre y analfabeta según los criterios de lo convencional, acaecida en un pequeño pueblo italiano, apenas  conocido  María Assunta. El ayuntamiento del pueblo había decretado funerales públicos en los que participaron personas llegadas de los pueblos vecinos, que  sembraron de flores el ataúd de la difunta. Aquella mujer humilde era una anciana de 88 años. Unos años antes de su fallecimiento el gran Pio XII, el 24 de junio de 1950, la recibía con todos  los honores reservados a altos dignatarios y los chicos de la prensa se esforzaban por su respuestas para conocer las circunstancias de un horrible crimen.
Esta mujer singular era la madre de una niña de 11 años, y tenía el máximo honor  de asistir a la canonización de su propia hija, María Goretti que subsidia a los altares  en la plaza de San Pedro en la que se habían congregado medio millón de personas  llegadas de diferentes naciones  de todo  el mundo.

Santa María Goretti debido a la heroicidad de su terrible martirio es  conocida en todo el mundo, incluso el séptimo arte ha intentado en vano aproximarse a su martirio. Los  terribles acontecimientos  ocurrieron en el estío de1902. Un mocetón de 20 años,  Alejandro, dominado por un instinto brutal, después de varios intentos por  seducir a la niña, que se oponimia y resistía a sus pretensiones lujuriosas, con firmeza  y piedad, lleno de loca pasión, la acribilló  en el vientre y en pecho con un hierro afilado antes para cometer el crimen. La madre vio el terrible estado de su querida hija, le preguntó- Maria, hija mía ¿que ha sucedido? ¿Quién ha sido?. La hija agónica respondió: “Fue Alejandro”

¿Por qué te hizo esto, hija mía?-. La respuesta de la inocente niña:-  Fue Alejandro. La madre temiendo lo peor preguntó. Por qué te hizo eso, hija mía. La respuesta de la inocente niña confirmó sus  temores: Porque me quería hacer cosas malas y yo no quería. Cinco horas después una ambulancia llevaba a la niña al hospital de San Juan de Dios de Nettuno. Por la misma  carretera los carabineri  llevaban  preso a la cárcel al autor del crimen, Alejandro. Los médicos intentaron salvar la vida con operaciones, apertura del vientre para poder operarla sin anestesia. Después de dos  horas  de esfuerzos médicos, ante la inminencia de su muerte, María Goretti, tomó en sus manos la medalla Milagrosa que siempre  llevaba consigo, recibió el viático y perdonando a su verdugo, musitó: Sí lo perdono por amor a Jesús y quiero que venga conmigo al Cielo.
La vida de su cruel asesino experimentó una gran transformación, durante sus 30 años de cárcel. Sirvió como criado y hortelano en un convento de Colinas. Un noche de Navidad de 1938 en la puerta de la casa rectoral del párroco de Corinaldo, donde la madre de Maria Goretti trabajaba, se presentó un varón y preguntó a la señora que lo abría: ¿Me conoce usted señora  Asuntta?. Ella respondió. Sí, Alejandro, te recuerdo. El preguntó  humilde y si levantar la vista: Me perdona usted.  Ella respondió :si Dios te ha perdonado, Alejandro, ¿cómo no te voy a perdonar yo? Aquella  noche  la pasaron juntos la madre y el verdugo de Maria. Comulgaron juntos en la Misa de Gallo. La Madre  de María Goretti decía :¡Habíendolo perdonado Marietta. ¿Cómo no lo voy a perdonar yo?  Es cierto que ha cometido un pecado enorme: pero Dios ha sacado  bien de tanto mal.
PURO EVANGELIO.