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Diario YA


 

“La verdad es incontrovertible. La malicia puede atacarla, la mignorancia puede burlarse de ella, pero al final, la verdad está ahí” Wiston Churchill

Álvarez de Toledo. ¿Implica su destitución concesiones al Gobierno?

No es más que la culminación de algo que ya empezaba a atisbarse en el PP. Una mujer con empuje, sin complejos, preparada, inteligente y con una magnífica oratoria  era demasiado, no podía durar ni mantenerse en un puesto de tanta importancia, trascendencia y resonancia como es el de portavoz del partido en el Congreso de Diputados. Hay demasiado mojigatos. tiquismiquis, discípulos de la señora Sáez de Santamaría y defensores de mantener un tono moderado, suave, no beligerante, en fin, sin estridencias que pudieran molestar a los socialistas o capaz de formular declaraciones que pudieran disgustar al señor Pablo Iglesias y sus comunistas bolivarianos; para que una figura del empuje y habilidad dialéctica de la señora Álvarez de Toledo pudiera ser aceptada sin que salieran los típicos entreguistas protestando por el hecho de que, en el PP, hubiera alguien con agallas que pudiera disgustar a aquella sección de pusilánimes adeptos al señor Rajoy y su desastrosa política de apaciguamiento con los separatistas, siempre evitando la acción contundente y aplicando paños calientes a una de las revoluciones más perniciosas y que más mal ha traído a España, protagonizada por una minoría separatista a la que nadie de los que nos gobernaron de la derecha supo pararles los pies y enseñarles con autoridad el camino marcado por nuestra Constitución de 1978.

Qui prodest? Es la primera pregunta que conviene hacerse ante esta decisión tomada por el señor Casado y la cúpula del PP, ¿Acaso sería el PP quien saliera favorecido? Tenemos la impresión de que no existirá unanimidad sobre ello entre los votantes de la formación de Fraga y no cabe duda alguna de que habrá un amplio sector, entre el que nos encontramos, que entenderá que esta destitución es debida a presiones de determinados barones de la formación popular, que siempre se han destacado por tener una posición de más colaboración con las izquierdas, de más sintonía con determinadas políticas  sociales y que temen más que a las meigas chuchonas  un enfrentamiento directo y a cara de perro con los que actualmente tienen el privilegio de ostentar el poder y mantienen la mayoría en el Congreso. Probablemente la cúpula del PP ha entrado en una fase de dudas respecto a su futuro, se sienten indecisos respecto a los nuevos pasos a dar y consideran que el llegar a determinados acuerdos con el PSOE, en cuestiones marginales, les iba a permitir ganar votantes que procedieran de Ciudadanos, un partido que, por cierto, en manos de la señora Arrimadas ya se les ha adelantado en firmar las paces con el gobierno.

Pero sigamos buscando beneficiarios del acuerdo de cesar a la señora Álvarez de Toledo. Sin duda alguna los que puedan sacar tajada de que, Cayetana, coja un berrinche con sus antiguos colegas de partido, pueden ser los de VOX. No solamente porque cabría la posibilidad de que decidiera mudarse de partido, ingresando en VOX, sino porque es muy posible que muchos que, actualmente, siguen militando en el PP, ante este nuevo rumbo que parece querer tomar el señor Casado, este ablandamiento de la actitud de enfrentamiento con el gobierno filocomunista que nos gobierna;  les induzca a tomar la decisión de abandonar el partido que no parece dispuesto a presentar una oposición seria y de desgaste, como parecía querer llevar Casado cuando optó a ser elegido para el puesto de líder del PP y que fue la causa de que se le votara con preferencia a la candidatura de Soraya Sáez, posiblemente para añadirse a los afiliados de VOX.

No descartemos que algunos decidieran afiliarse a Ciudadanos, aunque esta posibilidad no parece probable, debido al desgaste que ha venido sufriendo dicho partido y por las consecuencias del abandono del señor Ribera y sus efectos entre los miembros de su partido. Sin embargo, sí que hay un claro beneficiario, un grupo que parece que va a conseguir evidentes ventajas de que la portavoz actual del PP, la señora Álvarez de Toledo, deje la portavocía del Congreso para ser sustituida por otra señora, Cuca Gamarra, una miembro veterana del Congreso, de la época del señor Rajoy, de un perfil menos agresivo y un talante más conciliador, que parece que cuadra con lo que Pablo Casado parece querer conseguir para mantener unas relaciones menos tirantes con el señor Sánchez, que estamos convencidos de que debe estar frotándose las manos, en compañía del señor Redondo, por haber conseguido quitarse de encima esta espina, que era capaz de hacer perder los nervios, tanto al señor Iglesias como a las señoras Calvo y  Montero,  a los que traía por el camino de la amargura, con sus acertadas reflexiones sobre los errores del Gobierno y sus consecuencias negativas para los españoles.

Seguramente el señor Casado y su segundo, el señor Ejea, han calculado que si siguen por el camino de no enfrentamiento con el Gobierno, si se le permite al ejecutivo que siga sus políticas que ha venido marcando para el país, si continúa endeudándose como está sucediendo, de modo que nos hemos  endeudado en 32.087 millones de euros en el pasado mes de junio, situándonos en la escalofriante cifra y nuevo máximo histórico, de 1.289.905 millones de endeudamiento, superando con creces el 100% del PIB del Estado; esto les va a beneficiar ante la posibilidad, remota, de que el señor Sánchez decidiera convocar nuevas elecciones algo que, con toda seguridad, no va a ocurrir si no se producen situaciones excepcionales que le impidan seguir gobernando una situación que, sin un férreo marcaje y control por parte de la oposición de centro derecha, no parece que pueda tener visos de que ocurra.

Podemos pensar  que el señor Pedro Sánchez es un caradura, un engañador profesional, un mentiroso irredento y  un experto en manipular los hechos y negar las evidencias, con la misma tranquilidad con la que se bebería un vaso de cerveza; pero no se puede decir de él que sea tonto, ni que no sepa manejar los tiempos en política con indudable tino. Ahora toca mostrarse conciliador, pedir el apoyo de la oposición, evitar la acritud y demostrar que sigue siendo un defensor acérrimo del actual régimen de gobierno que defiende nuestra Constitución. Por esto se muestra distante con Pablo Iglesias, sin atacarle por sus problemas legales, sin tener enfrentamientos directos con él y sin que de su actitud los comunistas que apoyan al Gobierno puedan tener excusa para atacarle. Vean la habilidad con la que está esquivando el espinoso asunto de los problemas del anterior monarca, don Juan Carlos I. con Hacienda y sus complicaciones de líos de faldas que tantos dolores de cabeza le están provocando al rey emérito.

Que nadie piense que lo que pretende es que la monarquía y el régimen de monárquico parlamentario siga siendo el que permanezca en España. Es evidente que en su programa está, aparte de conseguir un acuerdo con los catalanes a base de establecer (mediante una nueva constitución) un régimen, para nuestro país, basado en sistema federalista que sirviera para aplacar las ansias separatistas de la comunidad catalana adobado, seguramente, mediante concesiones económicas que sirvieran para que aceptaran una mínima dependencia del Estado; el acabar estableciendo la República catalana, máxima aspiración del comunismo y el independentismo catalán que, en modo alguno, podría entenderse como la aceptación de una república de derechas algo inimaginable para un país en el que las izquierdas son las que están llevando el peso de la revolución, pese a aparentes liderazgos del señor Torra o del exiliado Puigdemont, meros ilusos con fecha de caducidad  si se llegara a establecer el régimen que ellos están propugnando para la autonomía catalana.

Si el señor Casado aspira a que el PP llegue a poder ser un rival de consideración para enfrentarse a las izquierdas, no lo va a conseguir si no logra que los catalanes queden fuera de combate y se deje de apoyar a los actuales líderes, quitándoles todo protagonismo y dejando que se cuezan en su propia salsa, algo a lo que no serían ajenas las rivalidades que, cada día, surgen con más intensidad entre las distintas facciones existentes entre los distintos grupos que aspiran a gobernar el país.

Lo cierto es que, aparte de causar malestar entre la vieja guardia del PP; los simpatizantes que no estuvieron de acuerdo con la política contemplativa del señor Rajoy ante la virulencia de los separatistas catalanes; los que estuvieron dudando sobre si pasarse a VOX o permanecer a la sombra de su partido de siempre; los que vemos cómo se nos conduce, por este gobierno de extrema izquierda del que dependemos, a una situación que amenaza con cargarse nuestra economía, endeudarnos hasta límites que España no está en condiciones de soportar y poner en práctica; acribillarnos a impuestos; acabar con el empleo y con la industria y comercio que lo proporcionan y llevarnos a un enfrentamiento, como ocurrió con la II República, entre españoles, con los peligros que ello entraña para la convivencia; aparte de situarnos en una posición extremadamente delicada si, como parece, el gobierno está dispuesto a desoír las advertencias que nos llegan desde la CE respecto a las política de trabajo que está vigente en el resto de naciones y que, no obstante, parece que en España corre peligro de ser transgredida y obviada, a causa de la influencia del grupo comunista que está cogobernando el país con el PSOE, empeñado en conducirnos a formar parte de uno de estos paraísos comunistas que están acabando con varias de las naciones de la órbita de Cuba y Venezuela. Y no está de más que incluyamos una de estas frases que el extraordinario filósofo, Ortega y Gasset, dejó escritas para reflexión de eruditos: “El progreso no consiste en aniquilar hoy el ayer sino al revés, en conservar aquella esencia del ayer que tuvo la virtud de crear ese hoy mejor”.

Miguel Massanet Bosch